Di clases de yoga a un policía que tenía miedo a los atentados. Cuando empezó los ejercicios estaba completamente contracturado; él era chófer y una vez creyó que le atacaban, cuando lo que pasaba realmente es que la rueda había sufrido un reventón. Tuvo un accidente por esa causa. En seis meses su cuerpo era totalmente flexible, se le quitaron los dolores de espalda, aprendió a respirar...». Es uno de los muchos casos que han pasado por las manos de María José Gutiérrez, psicóloga y profesora de yoga. No hace falta ser un policía en situación de riesgo. Un ama de casa, un oficinista o un estudiante puede sentirlo también, aunque los profesores, los ejecutivos o profesionales liberales en general suelen ser los más afectados. Y es que el estrés y la ansiedad hacen estragos en la sociedad actual, al tiempo que las técnicas de relajación cobran gran relevancia. El yoga, el tai chi, la meditación trascendental o simplemente el ejercicio físico suave pero continuado y realizado en un ambiente agradable pueden ayudar a rebajar la tensión. Para empezar, es importante averiguar la causa del nerviosismo. Según Westley Eckhardt, psicólogo y experto en técnicas de relajación, muchas personas se quejan de falta de tiempo, aunque se pueden unir otros factores como el ambiente social en el que viven, su relación con el jefe o problemas familiares. Cuando se halla el motivo, hay que intentar que deje de causar estrés en el sujeto que lo padece. «Hay gente -explica el citado especialista- tan centrada en su trabajo que se salta las comidas o se bebe cuatro cafés o bebidas alcohólicas para aguantar el ritmo. El organismo sufre un bajón de glucosa por la falta de comida y además, puede alterarse en exceso por la cafeína o el alcohol». El truco consiste en no acumular el estrés. Hay que partir el ritmo diario varias veces, romper con el estrés a la hora de la comida, a media mañana o por la tarde y relajar el cuerpo y la mente en esos pequeños ratos. En Japón hacen ejercicios de tai chi en horario laboral, y algunas empresas de Estados Unidos están empezando a imponer la práctica de ejercicio físico a sus empleados en sus propias instalaciones. En general, la mejoría física se une a la mental. «Hay quien viene por un dolor de espalda o por problemas digestivos que tienen su origen en el estrés y acaba conociéndose mejor a sí mismo. Cambia su estilo de vida, aprende a controlar mejor sus posturas, sus emociones, a disfrutar más de la vida», explica Gauri Agulla, directora de Yoga Center.
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............................................ «Soltar» músculos
Relajarse no es sólo tumbarse en el sofá. Hay que aprender a sentir todo el cuerpo e ir «soltando» poco a poco todos los músculos del cuerpo. La tensión tampoco se alivia durmiendo si no hay una relajación mental previa. Cada vez hay más personas que se levantan agotadas, como si no hubieran dormido. Sus músculos no se distienden -hay casos crecientes de bruxismo o rechinar de dientes durante el sueño, que se tratan con la aplicación de mordedores- y se levantan nerviosos, ya en un estado de tensión. Los entendidos en relajación recomiendan leer, oír música o practicar algún otro «hobby» antes de irse a la cama. También es bueno el ejercicio físico. Cuanto más ejercicio se haga, mayor será la relajación que experimentan los músculos. «Los hombres son más difíciles de relajar porque tienen mucha mente y creen que si bajan la guardia en sus trabajos serán considerados como seres más débiles. Cuando consiguen liberarse de la tensión son muy fieles al método de relajación. Las mujeres son más inconstantes, les gusta más picotear», asegura María José Gutiérrez. Después de realizar ejercicio y relajación con regularidad es posible lograr estar tranquilo en momentos de tensión. No es algo milagroso, sino el fruto de la constancia.
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